Fecha: 03/07/2006
Categoría: Estudios Sociales
Keywords: origen mundo grecia
Por Pablo Besarón
Como lectores de principios del siglo XXI, posmodernos, poscapitalistas, posindustrializados, al acercarnos a un libro escrito hace veintisiete siglos por un griego, un libro cuyo título es Teogonía y que trata sobre el origen del mundo según la mitología griega, puede implicar diversas reacciones. En cierto modo, haciendo un rápido recorrido por cómo se leyó a este libro, o en un sentido más genérico, a la mitología como corpus de creencias, relatos, o implicancias simbólicas, equivale a pensarnos a nosotros mismos, a la historia del mundo y al origen de la cultura occidental.
Entre la segunda mitad del siglo VIII y la primera mitad del siglo VII a.c. nace en Beocia Hesíodo. Tras la muerte de su padre se estableció en Naupaktos. Allí pasó su juventud, cuidando de un rebaño de ovejas y realizando las tareas propias de un campesino.
La época que le toca vivir a Hesíodo corresponde con el fin de la edad Homérica o Heroica, de pasaje de una sociedad noble militarista aquea a una sociedad que a través de varios siglos de invasiones dorias y jónicas y contactos con Egipto y Medio Oriente, dará como resultado el desarrollo de una sociedad que irá descomponiendo la organización impersonal del clan tribal de los primeros tiempos, pasando por la monarquía militarista de los aqueos (justificada estéticamente en la Guerra de Troya de La Ilíada y La Odisea), una aristocracia agricultora y comerciante desarrollada por los invasores pueblos dorios, hasta llegar a la constitución de la polis como régimen imperante.
Del mito al logos
Desde ciertas corrientes filosóficas, un tono predominante consiste en pensar a todo lo relacionado con la mitología como algo primitivo que fue superado con el desarrollo del logos, la razón o la filosofía, que comienza a darse en el siglo VI a.c. con los primeros filósofos jónicos de la escuela de Mileto: Tales, Anaximandro y Anaxímenes, cuando comienza a dejarse de lado el «pensamiento mágico» y las explicaciones de tipo sagradas, religiosas y míticas sobre la causalidad de las cosas. Según W. K. C. Guthrie, esto «se produjo cuando empezó a cobrar forma en las mentes de los hombres la convicción de que el caos aparente de los acontecimientos tiene que ocultar un orden subyacente, y que este orden es el producto de fuerzas impersonales».
Zeus o los inicios de la Edad de la Razón
La historia que cuenta Hesíodo está centrada en narrar el ascenso de Zeus como rey del mundo. Al comienzo de la Teogonía, el poeta nos cuenta cómo le fue otorgado el don de la poesía por las musas. El narrador desaparece y la historia del origen del mundo se inicia.
Al principio, solo existía el Caos. Luego, del Caos, surge la Tierra (Gea), el Tártaro en las profundidades de la tierra, y Eros, «el más bello de los inmortales dioses, que libra de peligros a todas las deidades y a todos los hombres, y triunfa con su inteligencia y sus prudentes decisiones». Del Caos nacieron el Erebo y la Noche; del Erebo y la Noche, el Éter y el Día. De la Tierra surge el Cielo (Urano). Entre ambos engendran a los Titanes. Ante el temor por ser destronado por alguno de sus hijos, Urano los encerraba en el interior de la Tierra. Gea reúne a sus hijos y les dice: «¡Hijos míos y de un padre malvado! Si quisierais obedecerme, vengaríamos el ultraje inicuo que nos infirió vuestro padre». De sus hijos, Cronos responde al llamado. Una noche en la cual Urano se acerca al lecho de su esposa Gea para consumar sexualmente, Cronos, con un hacha que le había dado su madre, le corta los testículos. De la sangre que cae del cuerpo de Urano en contacto con la tierra, nacen las Furias, las Ninfas y los Gigantes. De los testículos de Urano en contacto con el mar, nace Afrodita.
El hijo sustituye al padre, la generación de los titanes reemplaza a los olímpicos, Cronos se casa con su hermana Rea, un oráculo le predice que uno de sus hijos atentará contra su primacía en el reino. Cronos, entonces, decide tragarse a cada uno de sus hijos. Rea, aconsejada por su madre Gea, oculta a Zeus, su hijo menor, y le da a Cronos una piedra envuelta en pañales en sustitución de Zeus. La lucha desatada entre Zeus y Cronos es un poco más ardua; dura 10 años, hace falta tener aliados, hacer prebendas, promesas futuras y motivar a los aliados. Zeus, provisto de todos estos elementos de persuasión para conseguir adhesiones, finalmente, destituye a Cronos y a sus aliados ocupando su lugar. Los que perdieron la batalla son confinados en el Tártaro, una zona situada en los confines del mundo.
El triunfo de Zeus supone el triunfo de alguien más ecuánime y justo. No obstante, la época de Cronos, según cuenta Hesíodo en Los trabajos y los días, se corresponde a la «edad de oro», época en la cual los hombres no necesitaban trabajar y coexistían con los dioses.
Mujeres: el castigo ante la rebelión de los hombres
Cierta vez, en una reunión entre hombres y dioses, Prometeo hace una chanza a Zeus. Corta en dos partes el jabalí que iban a comer; una de las partes, la que tiene más carne, la cubre con un aspecto desfavorable, y la parte de los huesos, la hace pasar como la parte más sabrosa. Prometeo da a escoger a Zeus qué parte desea. Zeus elige la parte más desechable (según Hesíodo, Zeus escoge esta parte sabiendo la artimaña de Prometeo). Zeus se siente burlado y como castigo quita el fuego a los hombres. Prometeo recupera el fuego para los hombres robándoselo a Zeus. Como castigo, Zeus encadena a Prometeo a una montaña, hace que un águila le coma el hígado todos los días, y encarga al herrero Hefesto que cree una obra dotada de gran belleza y peligrosa a la vez. El resultado de esta creación es la mujer como compañera del hombre. Los hombres, como castigo por la afrenta de Prometeo, reciben la compañía en el mundo de las mujeres, aquellas figuras paradójicas que son una «hermosa calamidad».
Justicia y castigo
Las sanciones impuestas por Zeus se basan en un régimen de premios y castigos. En este sentido, la decisión de Zeus al quitarle el fuego a los hombres, el encadenamiento de Prometeo y la creación de las mujeres, son decisiones justas. Nada será gratuito de acá en más. Zeus, previamente a castigar a Prometeo, ante la chanza de las dos mitades desiguales del buey, desilusionado, le dice: «¡Con qué desigualdad hiciste las porciones!».
La sucesión que va desde Urano, pasando por Cronos hasta llegar a Zeus, implica una nueva configuración del mundo más justa y equitativa. Los premios y los castigos otorgados por Zeus, se corresponden con un mundo más organizado y racional. La época de Hesíodo es la antesala de los inicios del pensamiento filosófico que comenzará a darse en Mileto en el siglo VI a.c. Según Robert Graves, el predominio de Urano implica la sustitución de un régimen matriarcal pre-helénico pelásgico anterior a las invasiones de los pueblos indoeuropeos que conformarán lo que hoy en día se entiende por Grecia (Aqueos, Dorios, Jonios, Eolios) por un régimen patriarcal.
¿Zeus era judío?
El triunfo de Zeus, si por un lado puede pensarse como la antesala de la época racional, por otro lado, implica una caída: el fin de la Edad de Oro, los hombres ya no viven una época plácida prescindiendo del esfuerzo y del trabajo. Según algunos mitógrafos, Zeus es una deidad que viene de Egipto. Robert Graves, contradiciendo el consenso general de los estudiosos en estos asuntos, llega a decir que no se sabe con certeza si es una deidad Egipcia o Hebrea, en tanto se trata de un Dios patriarcal con rasgos que lo aproximan a Jehová, el Dios omnipresente monoteísta de los hebreos.
¿Qué es un mito?
G. S. Kirk observa que no puede haber una teoría universalista que se plantee ¿qué es el mito?; en todo caso, lo que debe interrogarse es algo más circunscripto: ¿qué es un mito? En cuanto a esta pregunta, planteada a la Teogonía de Hesíodo, algunas respuestas posibles, son: un mito es un relato que se propone explicar el origen de todo lo existente a partir de un pasado remoto y sobrenatural. Otra respuesta posible: un mito es una explicación imaginaria que se propone justificar un determinado orden social (el orden social simbolizado en la figura de Zeus), y, en este sentido, la función del mito equivale a una representación ideológica que da explicación y fundamento a las normas sociales, creencias y costumbres de un orden social dado. En todo caso, las explicaciones posibles, además de las nombradas, son múltiples. En última instancia, se trata de qué cosas pueden leerse en estas legendarias historias, variando los diferentes puntos de vista, según lo que uno se proponga leer en cada mito.